RELATO QUEMERO

Son las 23 horas de este domingo 5 de julio de 2009 qué se presentó tan frío y gris cómo ahora está mi alma, y también estoy dolido y hasta triste les diria. Estos sentimientos me carcomen por dentro y me desarman, y no se qué decir, intentaré pués, escribirlos. Estoy desolado porqué hace unas horas el club Huracán no pudo lograr un campeonato de fútbol.

Es por ese simple hecho terrenal, qué estoy así de mal. Y es ilógico y hasta raro, ya que no soy simpatizante del viejo VERDE ESPERANZA tal el nombre elegido por unos pibes de Pompeya allá por mayo de 1903, que vivian cerca de la Avenida de los Huesos cómo se la conocía a la calle Sáenz.

Les contaba, mi sentimiento es raro porqué mis colores amados son otros, y cuando la pelotita se pone en juego no quiero qué ningún otro club gáne, exepto, el qué atrapa a mi corazón.Pero desde hace algún tiempo (...debe ser qué estoy más viejo...) también pretendo qué los colores amados por mis amigos anden bien, y eso, la pucha, es muy contraproducente, ya que varios friends no coinciden con mis colores auriazules.

Por eso, lo de las emociones y sentimientos encontrados antes mencionados. Ya qué tengo un amigo, qué quiere y mucho al Globito de Parque Patricios, y doblemente raro, porque también comparte mi misma pasión xeneixe. Entonces, es por él y sólo por él, qué me aventure a escribir mis sensaciones en este domingo cruel (y no por el frio) de julio de un 2009 qué querrá ser olvidado y recordado en partes iguales.

Porque fue él quién me llevo a la cancha casi sin conocernos, y allí me estremecí cómo pocas veces con el gol del japonés Kato ( ¡Sí, un ponja! ) a Talleres de Córdoba una agradable noche de abril de 2007; qué seria el inicio de la vuelta a primera división. Y esa noche, les juro, vi a Ringo Bonavena arengando a la hinchada y vi a Masantonio correr por el césped del Ducó. También vi a Menotti darle indicaciones a Brindisi, Avallay, Houseman y Babington. Vi de manera clara al Turco Mohamed cabeceando al gol para ascender en los noventa, y hasta vi a la "Saeta Rubia" Alfredo Distéfano que llegó a jugar con esa camiseta.

Y también vi al librero Richino, que fue el que cambió ese nombre de VERDE ESPERANZA y le puso URACÁN, así, sin hache, para fabricar el primer sello del club, qué indicaba la calle Ventana 859 cómo precaria y primitiva sede social. Y les juro, también vi al gran Jorge Newbery aceptar ser presidente honorario en 1911 y dejar que se usara el Globo Huracán cómo emblema del club. Todo eso lo vi, se los vuelvo a jurar.

Cómo también vi la felicidad en los rostros de mis amigos y cómo siempre lo digo, la alegría de mis afectos no tiene precio. Por eso, decir que mis sentimientos son un mar de sensaciones cruzadas que ahogan de un cachetazo los anhelos de que solo mi cuadro sea el ganador, no es sólo metafóricamente, si no también un deseo. Por eso mi tristeza y desazón en estos momentos, porqué en la derrota también estoy con mis amigos y me duele cómo a ellos. Se que esta filosofía que aquí estoy pregonando, hoy por hoy, no esta bien vista en la sociedad en la que vivimos, donde no pensar igual es un delito, pero a mi no me importa, seguiré entonces por este camino.

Digo púes qué: Volveré a gritar un gol de otros equipos siempre y cuando este en juego la felicidad de mis amigos y derramaré lágrimas de tristeza cuando ellos lloren, y hoy es uno de esos momentos. Se que el sentimiento LES QUEMA las venas y hace única a esa hinchada. Si hasta nunca se fueron del barrio, 100 SIEMPRE se quedó jugando en casa, al lado del BARRIO DE LAS LATAS luego reemplazada por la Quema Municipal.

Así, el VERDE ESPERANZA del antiguo nombre vuelve a tener hoy un gran significado, porque los ÁNGELES DE CAPPA cómo Pastore, Bolatti, Arano y Defederico renovaron el aire del buen fútbol, con la esperanza de que se perpetúe para siempre.

VERDE ESPERANZA de qué el sueño no termine hoy, si no qué sea VERDE ESPERANZA dentro de unos días, cuando la pelota vuelva a rodar. Porqué entre el fútbol y la vida no hay diferencias, ambas cosas siempre te dan una oportunidad de revancha.


Aclaración: Los datos históricos qué aquí repaso, están en todos lados. Pero yo me base en los libros "El nacimiento de una pasión" de Alejandro Fabbri y "Si, si señoras" de María Rita de Figueiras.

Cuando pensé en escribir estas líneas, ya hace unos días, esperaba hacerlo con un sesudo homenaje del triunfo y lógro del centenario Huracán. Pero, con la tristeza empañandome los ojos, no pude distinguir a ninguna musa inspiradora qué haya venido a mi auxilio.

Así, casi sin darme cuenta, garabatee en el papel primero y en la compu después los sentimientos que me invadian, por eso también me disculpo ante ustedes, ya que las emociones de un periodista devenido en escritor no tienen porque importarles demasiado.

Por eso, si igual se tomaron un tiempo para leerlas...les doy las gracias por tal corajudo acto.

-A José Luis Otero, mi amigo, vaya el abrazo a la distancia, aparte le debía estas líneas aunqué él sabe los problemas qué afronte para no poder cumplir a tiempo.

También, y si él me lo permite se lo dedico a su hermano y a todos los hinchas de Huracán.

Hugo Rodríguez.
Periodista.
hugorodriguez_prensaferro@yahoo.com.ar